viernes, 1 de mayo de 2009



En nuestra lucha por los derechos de los animales nos enfrentamos con miles de excusas para justificar el especismo de las personas.
Especismo: Discriminación en función de la especie.
Justificaciones que van desde la cadena alimenticia, la necesidad de vestimenta, la experimentación en favor de nuestra "salud" y sobre todo la justificación más grande y más absurda de que los animales fueron creados para servir al hombre.
Estas mismas justificaciones las siguen tanto el sexismo y el racismo, "la mujer fue hecha para servir al hombre y el negro para servir al blanco."
Con el paso de los años hemos llegado a una evolución donde no hay más racismo y de ninguna manera toleramos a las personas que siguen siendolo; la revolución feminista trajo consigo una nueva vida para las mujeres donde tienen derecho de ser libres e independientes, y siguen en lucha por los paises en los que aún son discriminadas.
¿Y por qué no tomar en serio la lucha contra el especismo? ¿Qué diferencia puede haber entre un animal y un ser humano que justifique el daño causado hacia ellos? No se puede justificar nuestro trato hacia los animales con superioridad, cuando el hombre se encuentra al mismo nivel que ellos. Ellos al igual que nosotros sienten alegría, tristeza, soledad, hambre, frío, sed y sobre todo comparten una cosa con el ser humano: el dolor. Talvez no tengan las mismas necesidades que nosotros los humanos, sin embargo eso no justifica que nos adueñemos de una vida que es únicamente suya.
Ellos habitan en éste mundo y al igual que nosotros intentan sobrevivir ¿Qué delito pudo haber cometido un animal, cualquiera que este sea, para mantenerlo prisionero con afán de alimentarnos, vestirnos o entretenernos? Estos seres no han cometido delito alguno, simplemente tuvieron la suerte de adoptar una forma tan diferente a la nuestra, de estar indefensos ante el mayor se sus depredadores: el hombre. ¿Es esto una justificación? No podemos decirnos superiores, el punto no es si pueden hablar sino si pueden sentir.
El especista discrimina en función de la especie, el dolor no. Charles Darwin comprobó que los animales sienten al igual que nosotros. A estas alturas de nuestra evolución no podemos seguir manteniendo este trato hacia los animales, ellos son nuestros compañeros en esta vida, en esta tierra, de ninguna manera son subordinados nuestros.
No es una cuestión de amarlos o quererlos sino de respetarlos.

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