martes, 31 de marzo de 2009

“Mi amor hacia los animales es mucho más importante para mí que el miedo a verme ridículo”
Luchar por los derechos de los animales no es un capricho, no es un gusto personal ni una moda; es buscar justicia para aquellos que no pueden reclamarla por ellos mismos.
Los animales no tienen opción de decidir, son utilizados contra su voluntad. Tú si eres capaz de elegir no ser parte de la injusticia, no colaborando con la explotación de millones de creaturas indefensas.
Las personas vivimos reclamando los “derechos de la libertad”, de igualdad de razas y sexos pero somos crueles ante el sufrimiento de otros seres que no tienen voz y no pueden hablar u organizarse para defender sus derechos.
Vivimos maldiciendo la historia por el holocausto provocado por el nazismo, el daño que se les causo a todas esas pobres personas y no nos damos cuenta que día a día les causamos el mismo daño a otras creaturas, sólo por placer.
Muchos dirán que es imposible comparar el dolor de los esclavos y prisioneros del holocausto con el dolor de los animales, pero existe realmente una gran semejanza y desafortunadamente para las víctimas de esta matanza colectiva, el holocausto esta muy lejos de finalizar...